top of page
Search

VEINTISÉIS

  • Writer: yesmissv
    yesmissv
  • Jul 20, 2022
  • 3 min read


Para mí, simple e insensata como soy, un ser tan terrenal y temporal como muchos más, el número veintiséis es como cualquier otro. No significa nada particular.


Aquellos seres elevados que se entienden con la numerología y el secreto que guardan los números, y que creen fervientemente que hay una relación mística entre un número y otros eventos sincrónicos de la vida, con toda seguridad no estarán de acuerdo conmigo.


Aunque después de una brevísima investigación en UNA página de internet, sin embargo, me di cuenta de que, para algunos leídos y escribidos en las artes cifrísticas, el número veintiséis (26), se considera un símbolo de servicio.


Se dice que es uno de los números más espirituales que existen. Esto requiere grandes sacrificios a veces, ya que no es un sendero sencillo el que transitan aquellos cuyo sino radica en los poderes del número 26; sobre todo si son almas sensibles, pero que realmente pueden hacer cosas increíbles si continúan firmes en su paso.


Por cierto. Hablando del 26, hoy se hubieran cumplido todos esos años de haber estado casada.


Que el tiempo vuela, no es nada nuevo para nadie. Y aunque la larga ausencia del viajero siga presente, y ya NO duela en lo más mínimo, la vida usa ciertas trampas que sacan, repentinamente y sin decir “agua va”, del baúl de los recuerdos cuasi olvidados, aún después de casi veintiséis años, las fechas más significativas del calendario de nuestras biografías.


Como ésta. La de hoy.


La de un aniversario que se conmemora cada año, pero que se inclina al abandono.


La de un acontecimiento que se despabila cada Julio, pero que sigue dormitando.


La de un episodio que se recuerda cada vez menos, pero que no termina por olvidarse.


En mis regulares horas de ocio, cuando estoy hecha un sándwich entre mi cama, y el peso de mis deseos incumplidos; cuando hay fechas como éstas, que me recuerdan invariablemente lo que pudo haber sido, pero que nunca fue; cuando me siento lo suficientemente fuerte para jugar con el hubiera; cuando mi yo, el que avanza siempre mirando adelante le pregunta al yo que sigue vinculado a las nostalgias:


¿Qué estaríamos haciendo hoy?


¿Estaría junto a mí, asandwichado entre la cama y sus propios deseos incumplidos?


¿Tal vez maquinando planes juntos, a pesar de nuestra edad?


¿Quizá planeando el festejo de un aniversario más?


¿Seguiría siendo parte de la vida de sus hijos?


¿O ellos de la de él?


¿Nos habríamos mantenido juntos?


¿Enamorados?


¿O indiferentes…?


No sé.


Porque hace mucho que no me interesa saber las respuestas atrasadas, aunque siga haciendo las mismas preguntas. Más por costumbre que por genuina curiosidad.


Porque hace mucho que no lloro su viaje final, aunque siga siendo tema de conversación entre mis hijos y yo. Más por comunicar que por preferir permanecer callados.


Porque hace mucho que nos acostumbramos al vacío de su presencia, aunque mis hijos sólo sepan quién fue por las anécdotas platicadas y por lo material que guardan de él. Más por deber que por imperecedero cariño.


No voy a decir que ya no importa, porque un escrito dedicado a él significa que aún mueve. Más por lo que dejó en herencia, que por su escueta duración.


Sin embargo, ya no afecta como el antiguo, pero truncado, deseo de estar el hombre con el que elegí pasar el resto de mis días, sin contar que era por el resto de los días de él, anhelando (más que juzgando) que se encuentre bajo el cobijo del que es la Vida.


Pero sí afecta, y además influye en mí, porque lo que hoy deshago, lo que hoy decido, y lo que hoy deseo (para mí y para mis hijos) se lo debo a lo que pudo haber sido, pero que nunca fue; a la suficiente fuerza que tengo para seguir jugando con el hubiera; a mi yo de hoy que, aunque más fuerte cada vez, no se suelta de las evocaciones que trae el ayer.


Se dice que el veintiséis es uno de los números más espirituales que existen. Esto requiere grandes sacrificios a veces, ya que no es un sendero sencillo el que transitan aquellos cuyo sino radica en los poderes del número 26; sobre todo si son almas sensibles, pero que realmente pueden hacer cosas increíbles si continúan firmes en su paso.


Si todo va bien, después serán 27…


Con entereza,

Miss V.







 
 
 

Comments


© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

Join my mailing list

bottom of page