¿SE PUEDE SER MÁS MUJER?

Fíjate nada más, qué cosas.

En el camino del trabajo a mi casa, pasé a una tienda a comprar un paquete de sopa. Como es mi costumbre (y porque, modestia aparte, lo sé hacer bien) me estacioné en paralelo en un movimiento. No más. No siempre me sale, pero esta vez, sí. Un señor nada viejo, de unos 50 años, (nada viejo, dije…), cuando mucho, que iba pasando por ahí, y que vio lo acontecido, me dijo:

“¡Pinche vieja! ¡Deberías ser más mujer! ¡Pareces chafirete!”.

Ay...

Y a la sombra de la opinión de este señor, me asaltan serias dudas: ¿Y eso cómo se hace? ¿cómo puedo ser más mujer? Para empezar, ¿cómo se mide el concepto de mujer? ¿O el de hombre? ¿Será que mis habilidades como conductora, van en detrimento de la biología de mi sexo? ¿Acaso es característico de un señor saber estacionar su carro, en dos movimientos o menos, pero no de una señora? ¿Será que este caballero quiere una caricatura de la mujer tradicional, de esas que no gritan de felicidad, no cantan de desesperanza, no aprenden de su tristeza, o no encuentran acomodo en su sexualidad? ¿De esas que (por ser mujeres) no saben estacionar el carro como cualquier hombre, y por ende, no le pongan (a él) los nervios de punta?

No sé si puedo ser más mujer, o si ya soy lo suficiente. Tampoco sé si soy menos o más mujer que otras. Esto es, desde mi punto de vista, algo inmedible o incomparable. No puedo definirme mujer solo por tener un par de pechos que rebotan cuando camino, y más cuando corro; ni por ser sensible y llorar con una canción, un trato injusto, o de alegría; ni por ser capaz de menstruar y tener hijos. ¿Eso me hará más mujer que a otras?

Realmente, no lo creo...

Eso que me dijo ese señor, fue una frase chiquita, pero me dio material para darle vuelo a la hilacha mucho rato. Qué lección tan difícil debemos aprender, y re-aprender, los hombres y las mujeres de nuestra (y las venideras) generaciones. Y qué labor tan difícil será para todos desaprender el machismo y el patriarcado aprendido en la tribu, y re-enseñar a nuestros hijos e hijas que ser más mujer o menos mujer, o más hombre o menos hombre, no es más que un pensamiento acomodaticio de aquél (o aquella) que se siente amenazado por la autonomía, la inteligencia, las preferencias, o las habilidades de otros.

Y entonces, me pregunto de nuevo: ¿Cómo puedo ser más mujer? Si mis luchas internas y externas me hacen más o menos mujer, no sabría decírtelo. Si ser mujer u hombre (o ser humano) es un estado de la mente, de auto convencimiento, y de entrega a la acción, al afecto, a la verdad, a la conquista de esas luchas internas y externas, y no permitir que me dobleguen, tampoco sabría explicarlo.

Sin embargo, sé que las mujeres tenemos una influencia moral, mental y espiritual en los más básicos fundamentos sociales. Y, aun así, puede haber mujeres con todas las características de sumisión y recato como las que busca el señor que me regañó hace rato, pero tener las sensibilidades desorientadas, y la rectitud extraviada.

Esto es algo complejo, porque creo que, si para ese hombre soy más o menos mujer, carece de todas las razones correctas y la más elemental importancia. Solo el que es la Vida sabe si ser mujer se trata de la feminidad, de la biología, de la ideología. Pero lo que sí sé es que, que te digan que eres, o que pareces mujer (u hombre), no debe ser jamás un insulto.

Con fuerza,

Miss V.