NO SE PUEDE TENER TODO
- yesmissv
- Jul 16, 2018
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En cada uno de mis ejercicios catárticos de los que ni mis pobres amigos, ni las redes sociales, son ajenos, me he tomado la libertad (a saber, con mucha frecuencia) de desahogar el alma con palabras escritas, cuando las habladas a veces no me son lo suficientemente satisfactorias.
Tal como lo que relato a continuación.
Hace unos añitos estaba yo platicando del trabajo, de la comida, o ve tú a saber de qué, con un amigo mío. La plática dejó de ser cándida y se empezó a poner seria e interesante, cuando empezamos a platicar de hombres, mujeres y relaciones. De cómo unas personas se acomodan con algunas y no con otras, y de cómo la atracción física, como único valor en una relación, puede ser causa más de infelicidad que de felicidad.
Pues en eso estábamos, cuando de buenas a primeras, y sin decir ni agua va, el muchacho me echa el siguiente enunciado: “Pues sí, es cierto que el amor entra por los ojos. Pero no siempre. Tú, por ejemplo, tienes bonitos ojos. Pero no eres mi tipo...”
Ay.
Eso que dijo (seguramente ya lo había pensado desde antes, pero no había encontrado la forma de hacérmelo saber, el muy canalla...) me lo dijo con tanta fuerza, que no me dio ni oportunidad de esquivar el porrazo y, además, dejó sangrando mi joven y frágil orgullo. Para ese entonces, y con los pocos años que tenía, lo único que pude atinar a contestar fue: “Ni hablar. No se puede tener todo en la vida...” (Refiriéndome a que, aunque según él tengo “ojos bonitos” no le soy físicamente atractiva.)
No te miento. Dolió. Porque en ese vulnerable momento de mi tierna juventud, me sentí totalmente “horrorosa”. No sólo para él, sino para todo el mundo. No sólo durante esa triste ocasión, sino durante algún tiempo después...
Pero eso pasa. La vida nos da (de buenas a primeras, y sin decir agua va) lecciones que nos hacen crecer en la inteligencia, en la salud, en el espíritu, y en el amor, tanto propio, como en el de los que comparten los caminos con nosotros.
Te cuento que, hace unos mesesitos, hablando de otras cosas con ése mismo amigo (con el tema anterior ya olvidado y sanado) y otra vez sin avisar, me dice: “¡Nomás no me dices cuándo salimos, caray! Ya no te hagas del rogar, mujer. Ya acéptame una invitación a salir, ¿no?” Casualmente, lo único que pude atinar a contestar fue: “Ni hablar. No se puede tener todo en la vida...” (O sea: NO).
Quiero que sepas que esto no fue un pleito, o una venganza, ni causó desavenencias de ninguna índole. Ni fui portadora de karma intencional. Ya sea por naturaleza o por aprendizaje, no guardo resentimientos ni rencores.
Acaso ahora pueda ser que nuestro vínculo sea un poco más maduro (pero menos familiar) que antes, y pueda ser que ello radique en el hecho de conocerlo cruelmente honesto (por naturaleza o aprendizaje), y en mí, reconocer que mi madurez va a la alza, y así comprender que hoy nadie puede lastimar mi orgullo, si yo no quiero; que no tengo que ser “monedita de oro”, ni físicamente atractiva para los demás, para perseguir la felicidad. Ya dije.
Miss V.
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