top of page
Search

MEJOR PONTE A BARRER

Writer's picture: yesmissvyesmissv


Hubo una vez un meme que rondaba por las redes sociales, en el que, supongo que una mamá le decía a su sufrida descendencia:


“¿Por eso lloras? Mejor ponte a barrer…”


La intención de dicho meme era, por supuesto, causar risa. Pero además, era una nota que hacía alusión a que las mamás, o los papás, no le damos significación a las pesadumbres de nuestros hijos e hijas, porque creemos que están exagerando, y que llorar y estar triste no es tan importante cuando hay tanto que hacer en la casa. Como barrer.


A veces esta frase es utilizada como chiste local entre mis hijos y yo, con todo desconocimiento de causa. Pero para las personas que no conocemos el dolor de la depresión, es muy fácil diagnosticarla y dar remedios que son según nosotros, tan rápidos como infalibles, como barrer, para que se “cure”.


“¿Qué depresión, ni qué nada? ”, dijo un viejo amigo, muy querido, pero no por ello menos equivocado. “¡Bien fácil! Te levantas de dónde estés, te sacudes, pones música, agarras una escoba, y te pones a barrer. ¡No hay pretextos…!” Muy tristemente, tal vez resultado de sus propias cargas emocionales, o de su incapacidad para la empatía, este señor hizo este escandaloso pregón delante de algunas personas a quienes su ignorante declaración no les hizo mucha gracia. Mucho menos viniendo de un adulto aparentemente experimentado.


Seguramente él habrá sufrido alguna profunda pena en algún momento. Como muchos lo hemos hecho. Pero nada remotamente semejante a la depresión. Como muchos lo hemos creído. Las personas que un día, resultado de una dolorosa situación en la vida, sufrimos momentos deprimentes, que nada tienen que ver con un trastorno depresivo, ni de chiste nos imaginamos lo que, ni siquiera cada día, sino cada minuto, pasa por las mentes o los corazones de aquellos que viven en perenne tristeza. Por eso nos atrevemos a creer que poniéndose a barrer se soluciona todo…


Alguien, palabras más, palabras menos, me lo dijo un día:


“Algo se desgarra adentro, pero no sabes qué es. Puede que sea el corazón. No pareciera haber una razón, pero las razones son todas. Se hace un nudo en la garganta, tan grande y tan sólido, que no deja respirar. Ni pensar. No es temporal. Está ahí siempre. No se puede hacer nada, no porque se carezca de la capacidad, sino porque no hay deseos de hacer nada. Ni de comer. Mucho menos de barrer…


También hay soledad. No importa con quién vivas, o con cuánta gente estés. Pues de todos ellos, casi nadie va a entender qué te pasa, aunque te digan que sí. Cuando te preguntan que cómo estás, y casualmente les dices que mal, pretenden entenderte. Pero cuando al darte consejos que nadie les pidió, aun si son bien intencionados, pareciera que se molestan porque no haces lo que está “de tu parte” para salir. Y te recomiendan cuarzos e inciensos de no sé qué, flores y meditaciones de quién sabe quién. Por eso, es preferible contestar que se está mejor, o simplemente bien. Y sonreír, y fingir felicidad, para que por lo menos crean que les hiciste caso, y dejen de hacer preguntas…


Los lugares y las fechas tampoco importan, pero se agrava en unos sitios y en unos momentos más que en otros. El dolor que causa la depresión, no es como el que causa la tristeza resultante de un dolor particular. No. La depresión adormece. Insensibiliza. Agobia. Despedaza.


Todo el día.


Todos los días…


Crees saber en qué momento llegó, casi con exactitud. Aunque se revela de imprevisto y sin avisar. Crees que será pasajero. Pero no. A veces llega para quedarse. Luego, empiezas a desconocerte, porque ya no te ríes como antes. Ya no piensas como antes. Ya no amas como antes. Pero no puedes oponer resistencia, y te dejas ir…


Es un colapso de la mente y el espíritu.


Es un malentendido entre el deseo y la voluntad.


Es el desmoronamiento de la lógica y la razón.


Hay miedo.


Hay tristeza.


Hay desesperanza.


Hay dolor…


Yo misma me pregunto qué, o a quién, estoy esperando; o qué, o a quién, estoy buscando. Lo anhelo. Pero nunca llega. Nunca llegará. Porque ni siquiera sé qué es. Cada breve paso en la búsqueda de ese qué o ese quién, es un desafío. Cada insignificante respiración es un desafío. Cada día de mi opaca vida es un desafío. Se vive perennemente atormentada, volátil, obscura, desesperada, indiferente. Dando rienda suelta a los pensamientos más oscuros, esperando un final que no llegará solo....”


*******


No puedo justificar las implacables palabras de aquél amigo mío que cree que con tu sepulcral silencio buscas llamar la atención de los demás. Que cree que si estás riendo, tu corazón y tu vida deben estar rebosantes de paz y felicidad. Que supone que la depresión es lo mismo que una angustia pasajera, o que ponerse a barrer es la solución a cada situación emocional de cada persona.


Eso cree él.


Espero que ya no.


Eso también creía yo.


Por favor, discúlpame.


Discúlpame si te pedí que te levantaras de la cama para que llegaras temprano a la escuela, y que, de pasada, te consiguieras una vida.

Discúlpame si te dije que eras un apático, y que buscaras la motivación dentro de ti. Discúlpame si imprudentemente comparé tu callada y perenne pena con mi escandaloso y pasajero dolor.

Discúlpame si pasé por alto tu tristeza escondida y las pesadillas que había detrás de tus amables palabras.


Siento mucho cómo este dolor está controlando tu vida.

Siento mucho la vergüenza que te trae una situación que no puedes dominar.

Siento mucho que nadie hable de ella, y que todos pretendamos que no existe.

Siento mucho que hayas tenido que fingir felicidad para no incomodar a quienes estaban (o estábamos) contigo.

Siento mucho que, en un afán desesperado en la búsqueda de tu felicidad, hayas intentado ponerte a barrer.


No conozco completamente tu sentir, pero sábete que no estás navegando sola. O solo.


Te ayudo a buscar ayuda. Si quieres.


Porque hoy sé que no siempre querer es poder. Que no siempre se puede pensar en positivo. Que no siempre se puede dominar el dolor. Que no siempre se puede dejar todo atrás. Que no siempre se puede ser productivo.


Que no conozco todas las respuestas.


Que no debo dar todos los consejos.


Y que ni la depresión, ni la ansiedad, ni la angustia, se superan así porque sí, con un simple “mejor ponte a barrer”.


Miss V.

9 views0 comments

Recent Posts

See All

Comments


© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

Join my mailing list

bottom of page