top of page
Search

MADRE TIERRA: PERDÓNAME

Writer's picture: yesmissvyesmissv


Querida Madre Tierra:


Estoy segura de que, de entre la cantidad de personas y otros seres que vivimos en ti y de ti, me tendrás, aunque sea, un poco presente en tu espíritu.


Soy aquella que busca, pero no encuentra. Encuentra, pero no se conforma. Se conforma pero no retribuye. ¿Me recuerdas?


Soy aquella que en su andar, te ha dejado grotescas huellas que se ha propuesto enmendar; repugnantes vestigios que se ha propuesto transformar; profundas heridas que se ha propuesto curar. ¿Me recuerdas?


Se que sí. Que sí me recuerdas. Pues a pesar de haber vivido tantos años en ti, tú me conoces mucho mejor de lo que yo he querido conocerte siempre. A veces escucho que me llamas por mi nombre, tanto en tu gozo como en tu dolor. Pero finjo no escucharte. A veces siento que besas mi cara, tanto en tu ira como en tu calma. Pero pretendo no sentirte. A veces siento que tocas mis pecho, tanto en tu paz como en tu hostilidad. Pero olvido amarte.





Han pasado más de cincuenta años desde que me viste por primera vez, y sé que no ha habido un solo día que no hayas pensado en mí, o que no hayas satisfecho mis más fundamentales necesidades. Me has dado muchas más cosas de las que, aun con mi naturaleza derrochadora, me merezco, y a cambio, te entrego de mí mucho menos de lo que me has regalado tan desprendidamente.


Lo das todo y lo das siempre. Y das tanto y tan abundantemente, que la humanidad, que es tu debilidad a la par que tu desolación, nos hemos sabido servir de ti y hemos explotado tu amor arbitrariamente, hasta el punto de la voracidad y el extravío.


El agradecimiento que deberíamos tenerte por el amor que nos tienes, y por la manera en que has provisto nuestras múltiples necesidades humanas, no se compara en lo absoluto con la más grande y dramática de mis súplicas, o el más grade y patético de mis dolores, que te prodigo en nombre de esta desfigurada humanidad, y que se empequeñecen al punto de parecer nada.





Madre Tierra, perdóname.


Porque de sobra hemos demostrado nuestra inhumana pero experta capacidad de llevar especies completas al borde de la extinción. O a la extinción misma. Ciertamente el que es la Vida nos dio la libertad de servirnos de ti en todo, pero nos creímos omnipotentes y, con inadmisible bajeza, te hemos desperdiciado.


Madre Tierra, perdóname.


Porque hemos derrochado la infame supremacía de nuestra existencia en ti, y demasiado pronto llegará el día en el que nos arrepintamos de haberlo hecho. Tal vez, para entonces, no haya marcha atrás.


Madre Tierra, perdóname.


Porque no sólo hemos terminado con el regalo de tu tierra, tu viento y tu agua. No únicamente hemos despreciado tu aire, tu cielo y tu techo. Hemos, incluso, atentado contra nosotros mismos; contra nuestros padres, hijos, y hermanos. Contra todos. Contra todo.


Madre Tierra, perdóname.


Porque no hemos sabido merecer la absolutez de tu entrega, la incondicionalidad de tu esencia, la totalidad de tus regalos. Pero sí nos hemos merecido el dolor de tus entrañas, la desolación de tu corazón, el fruto de tus penas.


Madre Tierra, perdóname.


Porque a pesar de los avances científicos a los que podríamos acogernos para ayudarte, somos cada vez más ignorantes de tu sufrimiento. Y después de atravesar tu corazón de manera tan despiadada, bebemos tu sangre como codiciosos demonios ávidos de poder, olvidando que somos sólo unos decadentes humanos.


Madre Tierra, perdóname.


Porque puede que ahora no reparemos en nuestra insensatez. Pero aquellos que hemos abierto los ojos de a poco, hemos comenzado a sentirte. Ruego al que es la Vida nos dé la sabiduría de arrepentirnos a tiempo, o nuestro dolor, y el de nuestros hijos e hijas, será permanente y fatídico.


¿Será demasiado tarde, querida Tierra, para empezar nuevamente a honrarte como te mereces? ¿Como antaño hicieron nuestros abuelos y nuestras abuelas? ¿Y sus abuelos y sus abuelas?


Sé que has esperado paciente el momento en el que quienes vivimos en ti, abramos por fin los ojos del corazón y de la mente, y nos demos cuenta finalmente de que no somos nada sin ti.


Sé que has deseado fervientemente el momento en el que quienes vivimos de ti, curemos al cabo las heridas de tu cielo, tu suelo y tus aguas, y comprendamos que estamos a punto de perderte.





Pero como un niño pequeño necesita de cuidados, así prometo hacer lo que está en mis manos y en mi corazón para seguir cuidando de ti.


Como un anciano sabio necesita ser escuchado, así prometo abrir mi corazón y mi mente a tus necesidades de mí.


Como un enfermo necesita ser curado, así prometo aliviar tus heridas y no permitir que vuelvan a abrirse otras nuevas.


Querida Madre Tierra: reconozco mi culpa en el sinnúmero de agravios que hoy te hieren. Te habrás dado cuenta de que estoy haciendo todo lo que está en mi poder para remediar mis aberrantes faltas. No cesaré hasta que se te confiera nuevamente el honor del que eres merecedora, sólo por ser nuestra Casa, nuestra Alma. Nuestra Madre.  

 

Hoy y cada día hasta verte plena nuevamente.


Madre Tierra, perdóname.

Miss V.

3 views0 comments

Recent Posts

See All

Commentaires


© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

Join my mailing list

bottom of page