HOY ES UNO DE ESOS DÍAS...

Hoy es uno de esos días. No de esos que piensas. De los otros. De los que son soleados por fuera, pero nublados por dentro. De esos que llevan máscara de júbilo, pero están cubriendo una cara de angustia. ¿Se puede? ¿De vez en cuando está permitido sentirse oscuro cuando todo brilla alrededor? Ocasionalmente se vale sonreír, abrazar y besar, cuando se quisiera suspirar, soltar, olvidar? Sin malas interpretaciones y sin personalizaciones, esto es más bien como un ejercicio catártico. No hay que alarmarse, ni tomarlo a mal. Que no pase a mayores. Son momentos comparables con un solo árbol seco, en una huerta de mil árboles verdes y húmedos. Afortunadamente, pasará. Es cíclico. Como todo en mi vida. Como todo en la vida de muchos. No soy única, ni me creo única. Ciertamente, soy optimista por naturaleza, y ésa es mi carga. Soy apasionada en mi temperamento, y ése es mi lastre. Estar siempre alegre y entregarme entera, pareciera no darme derecho, ante los ojos de los demás, a sentirme miserable, o a tener arranques de ociosidad. Aunque sea momentáneamente. Sin embargo, soy optimista por naturaleza, y esa es mi Bendición. Soy apasionada en mi temperamento, y ésa es mi fortuna. Vivir momentos ásperos o tiempos de bonanza; amores no correspondidos o cariños retribuidos; planes que no llegan a cuajar o planes que van avanzando de a poco, me ayudan a crecer en la esperanza, y a situarme en la realidad. Encantadora realidad. Sin malas interpretaciones y sin personalizaciones, esto es más bien como un ejercicio catártico. No hay que alarmarse, ni tomarlo a mal. Que no pase a mayores. Aquí sigue (o empieza…) la introspección, el discernimiento, el buen juicio, la transición.

Yo digo… El día que me veas, abrázame. Si no me ves, también.

Con optimismo,

Miss V.