"COMO NIÑA..."
- yesmissv
- Jul 23, 2018
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Hombre. Ni siquiera te conozco, pero no me gustó lo que dijiste. No sé quién eres, pero desapruebo tu punto de vista. No estoy al tanto de tu domesticación, pero esa tal vez sea la causa de tu comportamiento. Aun así, no lo justifico.
Al igual que tú, también tengo un hijo, y encuentro inconcebible que le hayas exigido al tuyo que no llorara, y que se secara las lágrimas, porque se estaba viendo y comportando como una niña. A diferencia de ti, tu hijo quiere (y debe) expresar sus sentimientos, como casi a ningún varón se le ha permitido desde antaño.
Además, también tengo una hija, y considero insoportable que hayas minimizado nuestro género, tratando de usar la frase “como niña” como un insulto. Seguramente desconoces (si por falta de experiencia o ignorancia) que comportarse así, como niña, no es sinónimo de debilidad o vulnerabilidad, sino (como muchas mujeres en mi vida) de fuerza y valentía.
Existen diferencias, ciertamente manifiestas y naturales, entre tu género y el mío. Nómbralas si te place. Pero nunca deberían, dichas diferencias, radicar en los sentimientos. La sensibilidad del corazón de una persona, no debe usarse para menospreciar las actitudes, los comportamientos y los quehaceres de otra.
¡Qué bendición tener un hijo como el tuyo (y como el mío), que no tenga miedo de expresar lo que siente! ¡Qué orgullo saberlos sensibles y querer actuar con justicia ante la tragedia ajena! ¡Qué noble y enaltecedor saber que tu hijo (tanto como el mío) tiene un corazón que desborda amor sin medida!
De cualquier manera, como dije antes, no nos conocemos y no estamos al tanto de la domesticación del otro. El mundo no es, ni ha sido nunca, un lugar justo, y cambiar de manera radical, inmediata, y absoluta la forma en la que por domesticación pensamos del otro género, no sólo es utópico, sino imposible. Pero siempre hay lugar y tiempo para crecer, si hay voluntad...
Así, mi labor de amor radica en empoderar a mi hija, para que llegue a ser una mujer fuerte y llena de amor, y para que su inteligencia y su libertad sean su fuerza y su felicidad, y no su perdición; y para que no crea (ni le hagan creer) que, por ser mujer, lo merece todo sin luchar por ello.
Y mi labor de cambio radica en empoderar a mi hijo, para que llegue a ser un hombre fuerte y lleno de amor, y para que sus sentimientos y su libertad sean su fuerza y su dicha, y no su perdición; y para que no crea (ni le hagan creer) que, por ser hombre, lo merece todo sin luchar por ello.
Y para que ambos defiendan su género con justicia, valentía, y ejemplo, y que ambos sepan nada hay de malo en hacer las cosas “como niña”…
Miss V.
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