BONITO LEÓN, GUANAJUATO

Bonito León, Guanajuato:

A pesar de los pesares, te amo.

No es algo que te diga a diario, aunque no creo que sea necesario decírtelo.

Creo que lo sabes.

Porque te lo he demostrado.

Porque es algo que te manifiesto públicamente, de manera habitual.

Porque quiero hacerlo.

Porque brota desde lo más profundo de mi corazón.

Creo que también eso lo sabes.

Ciertamente, dada mi naturaleza apapachadora, no puedo ocultar mi cariño. Ni contigo, ni con nadie: mis acciones, mi oficio, mis afectos, y mis palabras lo proclaman.

Caminarte, abrazarte en tu gente, o verte en mi labor cotidiana, me provocan cierta alegría y otras sensiblerías que se van agudizando con la edad...

Porque nací aquí y, a su vez, por haber celebrado tu nacimiento cada año, con mucho orgullo.

Porque crecí aquí y, al mismo tiempo, por haberte visto crecer, muchas veces calamitosamente.

Porque he vivido aquí y, a la par, por haberte vivido con todo mi ser, en casi todas tus formas posibles.

Eres de donde vengo, eres lo que creo, eres mi familia, eres mis amigos, eres mi trabajo.

Estás tejido a mi vida, y yo enramada a tus entrañas.

Creo que, aunque me empeñe en engrandecerte, y en exaltar la dignidad de la que te has hecho meritorio (por la tenacidad de quienes creemos en ti, por tus muchos calendarios vividos, por acoger y sustentar a aquellos que llegan a ti, y se abandonan en ti, como si te pertenecieran desde siempre), has cumplido de manera soberbia con la misión de ser hogar y familia, padre y madre, labranza y faena…

Querido León, Guanajuato: a pesar de mí, y de tus muchos detractores (que, aún pese a todo, insisten en quedarse), o a aquellos que no te aman lo suficiente (y esperan verte derrotado) y con todo lo que vivas de hoy en más, te voy a seguir amando hasta el último día de mi vida.

Bonito y querido León, Guanajuato:

A pesar de los pesares, te amo...

Con orgullo,

Miss V.